Jueves, 28 Marzo 2024

E El baúl del recuerdo

La capilla de San Cosme y San Damián

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Hoy el Baúl de los Recuerdos se abre para comentar que al llegar al atrio del templo de Santa Inés observamos a un costado una edificación dedicada a San Cosme y San Damián. Muchas ocasiones la costumbre de ver las cosas nos hace indiferentes a ellas y dejamos de admirar sus detalles. Durante muchos años vimos que la capilla de San Cosme y Damián estuvo abandonada. En la época de los 70´s, el sacerdote al término de la misa de las ocho de la mañana invitaba a los feligreses a ayudar a escombrar la parte donde se encuentra la capilla, en su búsqueda se rescataron huesos que fueron amontonados y quemados en el mismo lugar. Al paso de los años, algunos fieles se organizaron y reconstruyeron la capilla hasta dejarla como actualmente la conocemos.

En la parte trasera de la capilla había un espacio que funcionó como basurero durante muchos años y al costado un pozo de agua que abastecía a toda la edificación, y que al paso del tiempo se fue tapando poco a poco, hasta que con la reconstrucción desapareció por completo. La capilla fue restaurada en dos etapas.

La Capilla de San Cosme y Damián tenía una torre, en nuestros días podemos observar parte de ella. Sin embargo, por dentro esta torre está construida de forma muy diferente a la torre del templo de Santa Inés, los rasgos que presenta son prehispánicos, no tiene forma de caracol, sino espacios con escalones y descansos. Por otra parte, las imágenes de San Cosme y Damián están talladas en piedra, a diferencia de otras imágenes que están talladas en madera y resinas con finos acabados.  

Y claro, surge la curiosidad por saber quiénes fueron Cosme y Damián y a la postre porque se convirtieron en santos. Al respecto le comento que en el año 303 los gemelos Cosme y Damián, médicos de profesión; primero fueron martirizados, después atados a una cruz, donde les lanzaron flechas y piedras, y después los pusieron en agua, con la finalidad de que se ahogaran, situación de la que salieron ilesos, hasta que finalmente los decapitaron.

Caritativos y generosos, ejercían la medicina sin solicitar pago alguno, y cuenta la leyenda que realizaron el primer trasplante, al colocar una pierna a un hombre que la había perdido en un accidente. La operación fue un éxito; el único detalle que podríamos decir que les falló, es que el receptor era blanco y la pierna que se le trasplantó era de un negro. Esta imagen se ha reproducido a lo largo de los siglos en esculturas, grabados y pinturas, y los convirtió en patrones y protectores de enfermos, médicos, boticarios, ortopedistas y barberos, y actualmente se les considera intercesores en la donación y trasplante de órganos y tejidos.

El célebre San Martín Caballero, patrono de los comerciantes, elogió en sus escritos la vida de estos santos mártires, al igual que varios pontífices, lo que propició que su culto se extendiera por todo el mundo y que sus reliquias fueran trasladadas a una de las basílicas más importantes de Roma, por el papa Gregorio Magno, en el año 590.

En la ciudad de México también tienen su parroquia en la colonia San Rafael, otrora aristocrático barrio que espera pacientemente su redescubrimiento, que le devuelva la dignidad y belleza a las magníficas casonas decimonónicas y de principios del siglo XX que han sobrevivido la barbarie comercial. En el tiempo de su construcción, la actual parroquia se encontraba en las afueras de la ciudad de México; era una iglesia "extramuros", a la orilla de la calzada de Tacuba, uno de los caminos de acceso a la ciudad más importantes desde la época prehispánica.

Fue fray Juan de Zumárraga quien en el año de 1581 fundó un hospital con una capilla, para atender a los indios forasteros, dedicándola a los santos Cosme y Damián. En 1669 los franciscanos le añadieron el nombre de Santa María de la Consolación, por el milagro que realizó una imagen tallada en madera, que aún se venera en el templo.

Esa construcción fue sustituida en 1672 por la que todavía existe, con su pequeño atrio arbolado y en la fachada las figuras en piedra de la Sagrada Familia, Santa Ana, San Joaquín y en lo más alto la Virgen de la Consolación.

Tras la aplicación de las leyes de exclaustración de los bienes religiosos, una parte del convento se dedicó a hospital militar y años más tarde la parroquia dejó de ser atendida por los franciscanos, quedando a cargo del clero diocesano, que depende directamente del arzobispado de México.

En el estado de Tlaxcala, San Cosme Y Damián han sido venerados y valorados, por lo que, varias comunidades llevan el nombre de estos santos. Algunas de ellas son: San Cosme Atlamaxac, San Cosme Mazatecochco, San Damián Texoloc, San Cosme Xalostoc, sin olvidar las mayordomías que se eligen en los templos católicos de la mayoría de las comunidades para su veneración.

En la actualidad la Capilla de san Cisme y Damián se utiliza como un recinto alterno para la celebración de los oficios eclesiásticos, debido a la gran demanda de servicios que se solicitan en la parroquia de Zacatelco.

La fotografía fue tomada más o menos en 1950,

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